Un estudio realizado por el grupo de Ecotoxicología del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha advierte de los efectos nocivos en la perdiz roja (Alectoris rufa) que puede tener el consumo de grandes cantidades de semillas tratadas con plaguicida en poco espacio de tiempo.
El blindaje de semillas con plaguicidas es una práctica destinada a reducir los riesgos de la fumigación y a maximizar la eficacia del producto al colocarlo exactamente donde se necesita, según ha informado la UCLM en nota de prensa.
Sin embargo, los autores del estudio, los investigadores del IREC Ana López Antía, Manuel Ortiz Santaliestra y Rafael Mateo, junto con Mougeot F., han detectado que en otoño, durante el periodo de siembra del cereal de ciclo largo y ante la escasez de fuentes de alimento alternativas, muchas aves como la perdiz roja basan su alimentación casi exclusivamente en semillas derramadas o que no quedan bien enterradas, por lo que su consumo en grandes cantidades y en poco tiempo podría causar "efectos severos en la salud" de estas aves.
Los investigadores realizaron un ensayo con perdices en cautividad expuestas a semillas tratadas con un insecticida (imidacloprid) y dos fungicidas (tiram y difenoconazol); empleándose la dosis recomendada en cada caso, así como una dosis elevada correspondiente al doble de ésta con el fin de simular posibles abusos por parte del agricultor.
Tras diez días de exposición a dosis elevadas de imidacloprid y tiram, estos causaron la muerte del 58,3 y del 41,6 por ciento de las perdices estudiadas, respectivamente; mientras que las dosis recomendadas de los tres productos causaron algún tipo de efecto subletal, entre los que cabe destacar la alteración de la coloración dependiente de los carotenos.
Además, la ingesta de semillas tratadas con imidacloprid y tiram motivó una reducción en las probabilidades de supervivencia de los pollos, pese a que la exposición de los adultos se produjo dos meses antes del pico del periodo ovopositor y los pollos nunca estuvieron expuestos a los plaguicidas.
Los autores concluyen que, en condiciones naturales, las perdices podrían evitar la exposición al rechazar la simiente tratada y buscar alimentos alternativos, siempre y cuando exista una disponibilidad de los mismos. Actualmente, esta línea de trabajo está siendo enfocada a la caracterización del riesgo de exposición mediante ensayos de conducta de rechazo de semillas, así como análisis de contenido digestivo en perdices cazadas.
El artículo, Experimental exposure of red-legged partridges (Alectoris rufa) to seeds coated with imidacloprid, thiram and difenoconazole, ha sido publicado en la revista Ecotosicolgy.
Source:
http://www.20minutos.es/noticia/1680756/0/
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